Para todos aquellos que, aparentemente no se enteraron de la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética, dejenme decirles algo: El Sueño de la Utopía Socialista está muerto y enterrado.
Es un simple tema de asignación de recursos y, hasta ahora, ningún sistema lo ha hecho mejor que el capitalista. Algunos son muy jóvenes para recordar, pero para nosotros que ya tenemos algún tiempo en esta tierra, aún quedan grabadas en nuestra memoria las largas filas que se veían detrás de la cortina de hierro para comprar artículos como papel higiénico o jabón. Los planes quinquenales, instituidos por el mismo Stalin, le daban prioridad a producir misiles y rifles sobre comida y artículos de necesidad (¿Suena conocido? ¿Hugo Chavez?). El resultado fue el descalabro de la Unión Soviética.
Aquellos de nosotros que vivieron durante el régimen de Velazco y el primer gobierno de Alan García lo hemos experimentado en carne propia. La falta de productos básicos y los mercados negros de productos de primera necesidad. Las largas colas en Super Epsa (El supermercado que pertenecía al estado) para una bolsita de arroz y una de azúcar rubia.
Si algo nos enseñó medio siglo de comunismo/socialismo es que el sistema fracasa rotundamente en la asignación de recursos en la economía.
Sin embargo, existen personas en el Perú que, de espaldas a la historia, buscan empujar sistemas similares a los que fracasaron tras la cortina de hierro. Hablan de la redistribución de la riqueza.
¿Que riqueza?
EL PBI per cápita peruano, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, (http://www.iadb.org/countries/indicators.cfm?id_country=PE&language=Spanish) es de US$ 3,885. Es decir, si tomamos todo lo que produce y vende el país, incluyendo minerales y servicios (luz, agua, teléfono, etc) y lo repartimos entre la población total, cada uno recibiría poco más de US$300 al año. Obviamente, eso significaría que el próximo año no podríamos producir nada porque todos los fondos para insumos nos los habríamos gastado, pero por ahora olvidemos ese pequeño detalle.
¿Esa es la riqueza que queremos redistribuir? Chile, un país que no es rico pero está mejor que nosotros, tiene un PBI per cápita de US$9,879, es decir 152% más alto que el nuestro o, para ponerlo de otra forma, dos y media veces el nuestro. De Estados Unidos ni que decir, US45,485 per cápita o Australia US$43,312 per cápita.
Si algo nos ha enseñado la historia es que el mercado es el mejor asignador de recursos y que, si queremos crecer y desarrollarnos necesitamos inversión privada. Inversión que no vendrá si seguimos paralizando zonas del país por protestas sobre como dividir el canon minero o por donde debería pasar la interoceánica. ¿Acaso no se dan cuenta que los único que están haciendo es des-incentivar la inversión? ¿No se dan cuenta que ese canon por el que se pelean se reducirá porque las empresas mineras lo pensarán dos veces antes de invertir más capital en una operación que se ve interrumpida a cada rato por protestas?
No me malentiendan. No soy un capitalista a ultranza. Soy consiente que el capitalismo tiene que ser regulado o llega a extremos. La única vez que el mundo vio capitalismo extremo fue durante la revolución industrial europea, donde se utilizaba niños para trabajar las minas (porque era más barato cavar los túneles más pequeños). Pero, debidamente regulado, es la mejor opción que tenemos para generar riqueza.
La pregunta ahora es: ¿Queremos seguir repartiendo pobreza o queremos crear riqueza? ¿Queremos ser Bolivia con US$ 1,342 per cápita o queremos ser Australia con US$ 43,312 per cápita?
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