lunes, 29 de septiembre de 2008

El aluminio en la dieta

La cantidad de aluminio ingerido a la semana a través de los alimentos podría ser superior a la considerada como tolerable, según la EFSA
El aluminio es un mineral presente de forma natural en el medio ambiente.
Por sus particularidades, es ampliamente utilizado para distintos propósitos, entre los que se encuentran, dentro del ámbito alimentario, el tratamiento de aguas o la fabricación de papel para envolver alimentos. En condiciones normales, la migración de este metal ligero a los alimentos es muy pequeña, de ahí que se utilice en latas de refrescos, utensilios de cocina o para proteger y conservar la comida. Sin embargo, al contacto con ácidos y sales en paellas o cazuelas, las concentraciones en alimentos pueden ser superiores.
La presencia de aluminio en los alimentos puede deberse a varios motivos. Bien porque es uno de sus componentes naturales, porque se les añaden aditivos con esta sustancia o porque han entrado en contacto con utensilios o envases hechos con aluminio. Un aspecto, sin embargo, que según la Administración de Medicamentos y Alimentos estadounidense (FDA, en sus siglas inglesas) no constituye un riesgo importante. Pero estudios realizados recientemente han demostrado que, tras la absorción, el aluminio se distribuye por todos los tejidos en animales y humanos y se acumula de forma particular en algunos órganos como los huesos.
Según la EFSA, puede alcanzar el cerebro, la placenta y el feto, y llegar a persistir durante mucho tiempo en varios órganos y tejidos antes de que se excrete en la orina. Precisamente este rasgo acumulativo ha sido uno de los motivos por el que los expertos de la EFSA han considerado más apropiado establecer un límite semanal y no diario. A pesar de que consideran improbable que esta sustancia sea carcinógena para la salud humana, al menos en las dosis a las que estamos expuestos a través de la dieta, en pacientes sometidos a diálisis y expuestos crónicamente a concentraciones altas de aluminio por vía parenteral el aluminio ha mostrado cierta neurotoxicidad.
Un estudio realizado por expertos británicos publicado en "Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry" sugería en 2006 que el aluminio podría estar implicado en la enfermedad de Alzheimer y en algunas enfermedades neurodegenerativas humanas.
Sin embargo, la EFSA admite de nuevo que estas hipótesis aún son muy controvertidas y concluye que la exposición a este metal no constituye un riesgo para desarrollar esta enfermedad.

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