jueves, 16 de octubre de 2008

OJOS SANOS, PARA VERTE MEJOR

Es importante que los padres conozcan las enfermedades que pueden afectar los ojos de sus hijos, por lo que deben procurar que sus pequeños visiten periódicamente al oftalmólogo o pediatra y así crear en ellos conciencia sobre los cuidados e importancia de tan valioso sentido.
Los males que afectan la visión infantil tienen orígenes y efectos muy distintos, por lo que hablamos de gran cantidad de padecimientos posibles; sin embargo, entre los más importantes podemos distinguir a los llamados defectos refractivos o cambios en la forma del ojo (miopía, hipermetropía, astigmatismo), además de los de otra naturaleza, como estrabismo, ambliopía, epífora y conjuntivitis.
Conocer los elementos básicos de cada uno de estos padecimientos ayuda a que los progenitores detecten con facilidad el desempeño inadecuado del sentido visual de sus pequeños, de modo que la información es la mejor herramienta para prevenir el avance de algún padecimiento que altere la convivencia de un niño, su aprendizaje en la escuela y, en general, la realización de toda actividad.
Miopía
También conocida como visión corta, es la alteración en la forma del globo ocular más común, y se caracteriza por una deficiencia en la percepción de objetos lejanos, dando como resultado esfuerzo notorio para poder distinguirlos, en tanto que los cercanos se miran con claridad. Debido al trabajo que cuesta enfocar lo que se ve, es común que el niño miope tenga dolor de cabeza y ardor y enrojecimiento de ojos.
La causa de este mal radica en que el órgano visual se alarga, de modo que la retina (película sensible en el interior del ojo en donde se forman las imágenes) no se encuentra en su lugar habitual y es incapaz de recibir los estímulos de luces y formas que llegan del exterior. Por lo general esta enfermedad es heredada y se hace más evidente entre los 7 y los 12 años; además, puede aumentar con el crecimiento ocular durante la adolescencia, y usualmente cambia poco entre los 20 y 40 años.
La miopía infantil debe corregirse a través del uso de anteojos, siempre informando al pequeño adecuadamente sobre los cuidados y utilidad de estas importantes herramientas. El uso de lentes de contacto se recomienda hasta la adolescencia, y el procedimiento quirúrgico para corregir esta malformación, llamado queratomileusis in situ, por lo general no se practica en los menores, sino hasta que el globo ocular es completamente maduro, aproximadamente después de los 18 años.
Hipermetropía
Este defecto en la forma del ojo usualmente es heredado y, contrario a la miopía, se caracteriza por la imposibilidad de enfocar los objetos cercanos claramente en la retina debido a que el globo ocular es más corto de lo normal. Si bien todos los niños son hipermétropes en algún grado, esta condición suele disminuir durante la adolescencia debido al crecimiento del globo ocular.
De cualquier modo, es necesaria la supervisión periódica de un oftalmólogo desde los 4 años para determinar si se presenta un problema moderado o severo de hipermetropía, y así determinar el tratamiento adecuado, ya que la evolución del mal puede ocasionar ambliopía (debilidad en uno o los dos ojos).
Los hipermétropes deberán ser corregidos mediante anteojos o lentes de contacto a fin de acabar con molestos síntomas como dolor de cabeza, falta de interés o de concentración al leer, cansancio, sueño y enrojecimiento de los ojos causados por el constante esfuerzo; también son comunes la desviación de los ojos hacia adentro (estrabismo) y la presencia de vértigos, náuseas y visión doble.
Astigmatismo
Se debe a la distorsión o irregularidad en la curvatura de la córnea (membrana ocular transparente que se encuentra directamente en contacto con el exterior), lo que ocasiona que los bordes de los objetos se observen borrosos o mal definidos tanto a distancia como al leer; además, este mal puede combinarse con miopía o hipermetropía. Usualmente no es hereditario y puede presentarse desde el nacimiento, generalmente con poca variación durante el curso de la vida.
La corrección de esta enfermedad varía de acuerdo con el tipo y generalmente es atendida con anteojos en niños y lentes de contacto blandos especiales (tóricos) o rígidos permeables al gas en adultos. Un padre de familia puede distinguir la existencia de este mal porque cuando el pequeño lee tiene la impresión de que los renglones "saltan"; además, nota algunas líneas más borrosas y otras más claras, y presenta dolor de cabeza, cansancio visual y sueño.
Estrabismo
Se llama así a la falta de alineación de los ojos en forma notoria, y puede ser ocasional (foria) o permanente (tropía). Se estima que afecta a 4% de los niños, y se asocia con hipermetropía. Su síntoma principal es que uno de los globos oculares no se encuentra recto, pero también es notorio porque los pequeños cierran un ojo en presencia de luz brillante o colocan su cabeza en posición inusual para compensar la desviación.
Normalmente, cuando los ojos están alineados percibimos dos imágenes coincidentes gracias a los que observamos en tercera dimensión, pero cuando un globo ocular se desvía contamos con dos imágenes distintas, generando visión doble. Para evitar confusión y tener una sola imagen nítida, el cerebro puede ignorar uno de los estímulos que recibe, pero impide el desarrollo total de la capacidad visual, convirtiendo al ojo afectado en "perezoso" o ambliope.
Los padres no deben creer que el problema se resolverá cuando el niño crezca, pues esto no sucederá nunca; por ello, al sospechar sobre este problema deben acudir de inmediato al especialista, ya que en cuanto más edad tenga el afectado, mayor será el grado del problema y la dificultad de recuperara la calidad de visión al 100%.
Ambliopía
Para evitar y tratar la disminución de la vista o ambliopía a tiempo es necesario evaluar periódicamente a los niños antes de los 4 años de edad si se sospecha que no ven bien con uno o ambos ojos, ya que cuando un pequeño con este problema es atendido entre los 5 y 10 años, su recuperación es limitada o imposible de mejorar.
Este mal afecta al 3% de la población pediátrica, y para evaluarse requiere de una serie de pruebas que valoren la capacidad visual de cada ojo por separado, para comparar los resultados entre sí, de modo que cuando se detecta que uno de los globos oculares tiene menor visión, existe alta posibilidad de desarrollar ambliopía. Por último, hay que decir que las causas de este padecimiento son: estrabismo (ojos desviados), errores refractivos (hipermetropía) y opacidad en los tejidos transparentes del ojo.
Anisometropía
Se trata de un problema de miopía en el que la deficiencia en ambos ojos es marcadamente diferente; por lo general, el globo ocular menos afectado será más utilizado por el niño, mientras que el otro se encontrará muy debilitado. Lo más recomendable es que se corrija con lentes de contacto para evitar el uso de anteojos, ya que la diferencia de lentes hace que éstos se vean antiestéticos. En ocasiones es posible reconocer este mal por dolor de cabeza marcado especialmente en uno de los dos lados o porque se encuentra un ojo más irritado que el otro.
Daltonismo
Definido por algunos especialistas como "una manera distinta de ver las cosas", el daltonismo es un defecto en la percepción de los colores en la que casi siempre se confunden rojo y verde, y que por cuestiones genéticas se presenta mucho más en hombres que en mujeres. Su detección no es sencilla, pues las personas con esta disfunción ven un brillo distinto en cada color que les permite hacer una diferenciación, o bien, aprenden algunos trucos para no confundirse (en un semáforo saben que el "siga" está arriba y la señal de "alto" abajo, por ejemplo).
Los padres pueden sospechar que tienen un hijo daltónico cuando observan titubeos al distinguir colores y aun más si hay antecedentes familiares. Para erradicar dudas, es importante que lleven a su pequeño con un optometrista para que realice un diagnóstico prematuro a través de una prueba de visión cromática (test de Ishihara) que se realiza a partir de los 6 años, con la finalidad de eliminar en lo posible retrasos en el aprendizaje, accidentes o la elección de profesiones en que esta cualidad perceptiva sea limitante.
La evaluación es sencilla, y se realiza mediante unas láminas diseñadas de tal manera que si falla la percepción de un color no se perciben mensajes o letras anotados en ellas; también pueden emplearse aparatos especiales (anomaloscopios), que ayudan a distinguir entre un déficit total y otro parcial. Para el tratamiento de esta deficiencia se utilizan anteojos que incrementan el contraste entre los colores, de modo que las variaciones entre un tono y otro son más notorias.
Conjuntivitis
Se trata de un proceso inflamatorio e infeccioso de la membrana que protege la parte interna del párpado y el tejido que cubre al ojo, llamada conjuntiva. De acuerdo con sus causas se clasifica en cuatro tipos: traumática, cuando es producida por polvo del ambiente, agua de albercas, humo o frío; alérgica, si se asocia a rinitis o eccema (brote de ronchas que genera mucha comezón) en la cara; viral, porque acompaña a un resfriado común, al sarampión u otras enfermedades ocasionadas por estos agentes, y bacteriana, producida por microbios del ambiente (lo que implica tratamiento con antibióticos).
Esta enfermedad se manifiesta en personas de todas las edades, pero es más común en niños; sus síntomas son sensación de tener arena o tierra en los ojos, que se calma momentáneamente al frotarlos, picazón y ardor. Asimismo, se presenta rechazo a la luz, secreciones acuosas o purulentas (pus), dependiendo de las causas productoras del cuadro, y lagrimeo por la sensación de un cuerpo extraño.
Epífora
Este problema se distingue cuando un ojo tiene abundante producción de lágrimas, secreciones constantes (lagañas) y casos repetitivos de conjuntivitis. Aunque puede tener motivos diversos, en los niños se debe casi siempre a obstrucción de los conductos lagrimales (como ocurre con la hinchazón del párpado debida a una acumulación de pus, conocida como "perrilla"); ocurre en el 10% de los pequeños, y de ellos gran parte se cura espontáneamente durante el primer año de vida.
Empero, es necesaria la visita al médico para determinar la causa exacta y, ante todo, para que indique el tratamiento a seguir, que puede comenzar con procedimientos tan sencillos como masajes en la zona del saco lagrimal y la aplicación de antibióticos; en casos graves puede recurrirse a intervención en la que se retiren las obstrucciones de los conductos lagrimales para "destaparlos".
Dacriocistitis
La resequedad en el globo ocular puede deberse a la infección e inflamación del saco lagrimal, hecho que impide parcial o totalmente el sistema de drenaje del ojo. Suele ocurrir porque los pequeños juegan en el suelo o toman objetos y se tallan los ojos sin lavarse las manos, aunque también es consecuencia de enfermedades respiratorias o factores hereditarios, por lo que diagnóstico y administración de medicamentos corresponderá únicamente al oftalmólogo; los medicamentos (soluciones) para evitar resequedad o baños con infusión de manzanilla no eliminarán el mal, sólo aliviarán los síntomas.
Los padres pueden advertir que sus hijos padecen falta de lagrimeo porque su niño se frota los ojos con insistencia para tratar de dar alivio a la resequedad y porque la piel de la región se muestra irritada, en especial la zona del saco lagrimal, que luce hinchada, roja y duele al tacto. También es frecuente que al dar masaje fluya un líquido claro o secreción purulenta por los puntos lacrimales.
Para evitar este mal es recomendable buena higiene ocular y nasal en los niños desde su nacimiento, pero también atender adecuada y oportunamente las infecciones en vías respiratorias o en los ojos (conjuntivitis).
Fatiga ocular
Aunque este padecimiento se consideraba exclusivo de ámbitos laborales, algunos niños suelen excederse en el uso de videojuegos, computadoras y televisión, actividades que requieren esfuerzos de fijación visual continuados, disminuyen la frecuencia de parpadeo y alteran los movimientos del ojo para enfocar imágenes.
La fatiga del ojo, que también se debe a malas condiciones de iluminación y ambientes contaminados, se manifiesta con dificultades para fijar la vista (al leer las líneas se ven dobles), visión borrosa, lagrimeo, cierta molestia a la luz del Sol y ardor; también puede aparecer dolor ocular y de cabeza. Estos trastornos suelen llevar a la persona que los padece a abrir y cerrar los párpados con frecuencia o frotárselos con frecuencia para aliviar la irritación.

Enlace: Ojos sanos, para verte mejor

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este soy yo ilc Efectos de fotos. Vogue Magazine